Prácticamente todas, por orden de frecuencia:
• Infección de vías urinarias.
• Infecciones respiratorias superiores (nasofaringe, sinusitis, faringitis).
• Infecciones respiratorias inferiores (bronquitis, neumonía).
• Infecciones Gastrointestinales.
• Infecciones Genitales y de Transmisión Sexual.
• Infecciones de Piel.
• Infecciones de la Sangre, y otras más.
Es bien sabido que el tratamiento con mayor garantía de eficacia es el que se apoya en un diagnóstico correcto, siempre que sea posible debe basarse en la demostración del agente etiológico y del estudio de antibiograma, o de una respuesta inmunológica específica. Además, nos permite prevenir y conocer el pronóstico de la enfermedad.
Diferentes pruebas de laboratorio permiten identificar los microorganismos, se utiliza una muestra que sea representativa del sitio de la infección. Éstas muestras se pueden:
• Teñir y examinar al microscopio.
• Cultivar y determinar la sensibilidad a antibióticos.
• Examinar en busca de anticuerpos contra el microorganismo.
• Detectar material genético (como ADN o ARN) del microbio.
Ninguna prueba puede identificar todos los microorganismos, y las que son útiles para uno, a menudo no son eficientes para otro. El microbiólogo elige la prueba en función del microorganismo que considere que es más probable que cause la infección. A veces se realizan varias, generalmente en un orden concreto, si no se realiza la prueba adecuada, no se puede identificar la causa de la infección.
En aproximadamente el 90% de los casos de cultivos se obtienen resultados en 24 a 48 horas. Es muy importante la notificación telefónica inmediata de resultados críticos de las pruebas de laboratorio.